jueves, 29 de abril de 2010
martes, 27 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
jueves, 22 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
Triangulacion de Delaunay
Una triangulación de Delaunay, es una red de triángulos que cumple la condición de Delaunay. Esta condición dice que la circunferencia circunscrita de cada triángulo de la red no debe contener ningún vertice de otro triángulo. Se usan triangulaciones de Delaunay en geometría.
Se le denomina así por el matemático ruso Boris Nikolaevich Delone (Борис Николаевич Делоне, 1890 - 1980) quien lo inventó en 1934;[1] el mismo Delone usó la forma francesa de su apellido, «Delaunay», como apreciación a sus antecesores franceses.
La circunferencia circunscrita de un triángulo es la circunferencia que contiene los tres vértices del triángulo.
Según la definición de Delaunay la circunferencia circunscrita es vacía, si no contiene otros vértices aparte de los tres que la definen.
La condición de Delaunay dice que una red de triángulos es una triangulación de Delaunay si todas las circunferencias circunscritas de todos los triángulos de la red son vacías. Esa es la definición original para espacios bidimensionales. Es posible ampliarla para espacios tridimensionales usando la esfera circunscrita en vez de la circunferencia circunscrita. También es posible ampliarla para espacios con más dimensiones pero no se usa en la práctica.
domingo, 18 de abril de 2010
Jurados Proyectos 2010
El proyecto no se considera un fin, sino de un proceso, no es un objeto aislado sino el sumatorio de operaciones para llegar a un fin. No se trata de una pieza incorporada al jardín de la duquesa, sino una forma de hacerlo, basada en el apoyo de la geometrización biológica de la microestructura de una hoja. Esta microestructura responde a una serie de cloroplastos necesarios para la fotosíntesis que adquieren un carácter geométrico, el cual se utiliza, se desarrolla y cambia de escala para operar en el Jardín del Capricho. A través de la confrontación de la retícula geométrica obtenida con el programa que exige un “veraneadero”, empezamos a ver resultados y maneras de colonizar e intervenir en el parque.
El “veraneadero” que surge de esta experiencia, lo hace a consecuencia del giro y la manipulación espacial de la retícula geométrica, obteniendo por ello una serie de espacios vinculados al programa y preparados para además de ofrecer la posibilidad de contemplar el Edelweiss, vivir una serie de sensaciones en el recorrido de este, por cambio de altura, forma y tamaño de todo el “veraneadero”. A pesar de todo esto, el “veraneadero” no es un fin, sino un camino y un proceso basado en la evolución de lo natural, y el cambio de lo biológico por lo geométrico.
Una vez llegados a este punto, comienza lo realmente interesante, que es el profundo estudio de la retícula para su utilización en el nuevo emplazamiento. La característica principal que se da entre otras es el gran cambio de escala que se va a producir, lo que obliga a la reconsideración de esta retícula. Basados en esto, comenzamos el estudio:
Como objetivo se parte de unas mallas regulares configuradas de diversas formas cada una, que tras modificaciones se busca el cambio a una retícula especial para aplicarla al nuevo lugar de trabajo. El esfuerzo del proyecto reside en este proceso de metamorfosis, para obtener como fin la nueva retícula o geometrizacion.
Durante el proceso, es necesaria la vinculación total a las matemáticas, en concreto a la creación de algoritmos que proporcionen unas pautas para dicha geometrizacion. Existen miles de posibilidades, por no decir infinitas, pero disminuye este numero cuando aplicamos una serie de reglas o puntos:
- Evolución: hay que tener muy en cuenta la evolución que se va a producir de El Parque del Capricho a la ciudad de Berlín, las consecuencias que eso supone y los posibles problemas que pueden surgir.
- Ligereza: se habla de ligereza, no de hormigón, de una estructura que surge de extraer materia, y no de añadirla.
- Rigor Geométrico: imprescindible para el control del proceso
El fin de esto no es obtener una forma plástica ni un objeto, sino para adquirir un orden del solar, una nueva topografía y un mecanismo de medida para relacionarse con el solar y obteniendo con ello un control dimensional.